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Estitxu de la Fuente ha tenido la oportunidad de trabajar durante más de un año y medio en el restaurante de los Arzak en la capital inglesa
Son oportunidades que no se pueden dejar escapar. Rara vez se presentan en más de una ocasión. Bien lo sabe la hondarribitarra Estitxu de la Fuente. Esta repostera ha exprimido al máximo su estancia en Londres, donde ha podido trabajar durante más de un año y medio en el restaurante Ametsa que los Arzak abrieron a principios de 2013 en la capital inglesa.
De la Fuente, que regresó a finales del verano pasado, está encantada con la experiencia que pudo vivir. «Ha sido muy enriquecedora y, si me volvieran a llamar, diría otra vez que sí. He aprendido muchísimo de los asesores de los Arzak y de todos los compañeros con los que he estado, y es algo que aprecio a nivel profesional pero también personal. Es una etapa que siempre va a estar ahí en mi vida», comenta.
De entrada, cuando el restaurante Ametsa abrió sus puertas en el hotel The Halkin, tuvieron que afrontar un reto importante como el de «introducir la cocina vasca en un entorno en el que no había estado hasta ese momento. Y, para ello, hay que trabajar muy duro, tienes que convencer de que prueben tus productos porque, si no lo hacen, no saben si les gustan o no. Al principio, cuando se ponían chipirones en su tinta, miraban como si fuéramos unos locos».
Son innumerables los recuerdos que guarda de su estancia en Londres. La repostera hondarribitarra asegura que «es imposible quedarse con uno solo». Pero sí destaca que «he adquirido muchos conocimientos de grandes profesionales. Es incalculable lo que he podido aprender de técnicas, sabores, nuevas perspectivas, formas de ver la cocina. Estar tanto tiempo con ellos, un equipo de estrella nunca mejor dicho, no se puede valorar».
Regresó a Hondarribia en agosto y, desde entonces, prácticamente no ha parado. Mientras surgía una nueva oportunidad laboral, realizó unos talleres de repostería en Klink. «Ha sido cumplir un sueño el poder enseñar lo que a mí me apasiona y estoy muy agradecida a la sociedad. Hemos tenido unos grupos muy amenos en los que, además de lo que la gente ha podido aprender, nos lo hemos pasado muy bien», dice.
De la Fuente habla en pasado porque hace unas semanas ha comenzado a trabajar en el Trinkete Borda y, de momento, no puede continuar con esta actividad. No obstante, precisa que «es algo que quiero compaginar con mi profesión y va a haber un paréntesis pero ni Klink ni yo nos decimos adiós. Intentaremos volver a organizarlos en cuanto tenga la posibilidad».
De momento, disfruta con la vuelta a la cocina de un restaurante en la comarca del Bidasoa. «Un sitio donde hay una materia prima muy buena y la verdad que estoy muy a gusto. Apetecía volver a casa porque es duro estar fuera», reconoce. En este establecimiento situado en el valle de Olaberria de Irun tratará de seguir ampliando sus conocimientos porque «se aprende cada día y de todo el mundo. Cuando se va a trabajar, hay que ir siempre con los ojos bien abiertos».
De cara al futuro, esta joven hondarribitarra no descarta iniciar algún proyecto por su cuenta. «Ahí está, lo tengo en el cajón de la mesilla y a ver si algún día se puede llevar a cabo. Me llama la atención dedicarme solo a la repostería sin estar junto a otras secciones de alimentación salada al lado. Digamos que volví de Londres más dulce todavía».